La infraestructura comprenderá unos 63.000 metros cuadrados y 13.462 de lámina de agua concesionada en los antiguos terrenos de la Unión Naval de Levante, entre el muelle de Poniente y el muelle del Espigón del Turia
El proyecto que se destinará tanto a líneas regulares de ferris como a cruceros contempla unos tráficos anuales de 370.000 pasajeros en los primeros cinco años de explotación
Esta mañana ha tenido lugar la reunión de la Mesa de Contratación de la Autoridad Portuària de València para conocer la oferta de Baleària presentada al concurso de construcción y explotación de la nueva terminal de pasajeros del Puerto de València e iniciar así el estudio de la misma. Esta infraestructura se ubicará entre el Muelle de Poniente y el Muelle del Espigón del Turia, en la zona anteriormente ocupada por el astillero de Unión Naval de Valencia, y que cuenta con aproximadamente 100.000 m2 y su concesión se otorgará por un plazo de 35 años, prorrogables hasta un máximo de 50 años.
La naviera Baleària, única empresa que presentó oferta, tiene previsto construir y explotar la nueva terminal de pasajeros del puerto de València con un proyecto que garantiza que el 100% de la energía eléctrica necesaria se producirá en las propias instalaciones y será de origen renovable: fotovoltaica, eólica, hidrógeno renovable o biocombustible. Según el proyecto presentado al concurso de la Autoridad Portuaria de València, la estación marítima funcionará con cero emisiones contaminantes y apostará por la economía circular. La nueva terminal de pasajeros, destinada tanto a líneas regulares de ferris como a cruceros, ha sido diseñada para convertirse en un referente de sostenibilidad en el entorno del puerto de València y generar valor añadido a la fachada marítima.
Baleària, que aspira a ser concesionaria de la nueva terminal de pasajeros, invertirá más de 37 millones de euros en la infraestructura, que comprenderá unos 63.000 metros cuadrados y 13.462 de lámina de agua concesionada en los antiguos terrenos de la Unión Naval de Levante (UNL), entre el muelle de Poniente y el muelle del Espigón del Turia. El proyecto elaborado por Baleària contempla unos tráficos anuales de 370.000 pasajeros en los primeros cinco años de explotación (que arrancaría en 2023), que se situaría alrededor del medio millón en los años siguientes, con un crecimiento anual pautado del 2%, según la estimación conservadora de la naviera. La compañía calcula que, durante la vida del contrato de explotación, la Autoritat Portuària de València recaudará unos 70 millones de euros por las tasas preceptivas de buques, pasajeros y mercancías.
En las antiguas instalaciones de UNL se ubicarán las terminales para pasajeros de línea regular y cruceristas, con espacios y operativas separadas e independientes. Se habilitarán cuatro muelles para ferries y cruceros. Un pantalán central de 215 metros: con atraque a ambos lados para ferries y un muelle norte y un muelle sur para cruceros. Todos estarán preparados para acoger buques ro-ro y ro-pax. La nueva infraestructura del puerto de València para el tránsito internacional de pasajeros contará con dos explanadas de unos 15.000 y 6.000 metros para el preembarque desde los accesos sur y oeste. El proyecto incluye un Centro de Innovación y Ecoeficiencia y un espacio para la dinamización cultural.
Global Ports, el partner para cruceros
De la gestión de los cruceros se encargará Global Ports Holding (GPH), el mayor operador de cruceros del mundo, que apostará por una notable reducción de ruidos, además de por el reciclaje del 100% de sus residuos en la planta de biometano que se construirá en esa área y que digerirá también los residuos de buques y los propios de la terminal para obtener biogás. Este biocombustible alimentará una flota de vehículos que con el tiempo serán sustituidos por otros totalmente eléctricos, recargables en los puntos de suministro habilitados en los dos aparcamientos. Se dispondrá de cuatro veces más puntos de recarga de los que exige la normativa.
El proyecto de Baleària incluye la preservación de los elementos de patrimonio de ese entorno que destacan por su valor histórico, según determinó la cátedra Demetrio Ribes de arqueología industrial. Además de las naves, se conservarán dos grúas, la torre del agua y las gradas de los antiguos astilleros de la UNL.