ASEICA alerta de la pérdida de una generación de jóvenes investigadores en cáncer si no mejora la financiación de la I+D+i española

La Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) ha alertado, en el marco de su Simposio Educacional que se celebra en Madrid, de la situación de deterioro que padece el sistema científico español y que afecta directamente a la investigación en cáncer y a la traslación de resultados al paciente.

Este deterioro es debido, principalmente, a que la actual financiación en I+D+i en nuestro país ha retrocedido a niveles de hace quince años, lo que pone en riesgo la viabilidad de los grupos de investigación más jóvenes, aquellos que sólo poseen financiación a través del plan estatal para su trabajo, advierten investigadores y oncólogos españoles.

 

En este sentido, el presidente de ASEICA, Xosé Bustelo, señala que “las medidas recientes llevadas a cabo por parte de la Agencia Estatal de Investigación van a empeorar todavía más esta situación. Ello se debe a que, como consecuencia de la implantación del nuevo calendario de proyectos de la Agencia, los grupos de investigación españoles perderán 5 y 8 meses de financiación en los años 2020 y 2021, respectivamente. Esta es una nueva piedra en el zapato que, de no remediarse, dará la puntilla definitiva a muchos grupos de investigación españoles”.

 

Así, “los grupos establecidos podrán soportarlo porque tienen varios proyectos, pero un investigador joven o grupos de un único proyecto van a tener que parar de investigar durante esos meses. Todas estas circunstancias anómalas para concurrir a las convocatorias públicas de ayudas a la I+D+i dificultan la participación y ejecución de proyectos de investigación a medio-largo plazo y la planificación de la carrera investigadora”, incide Xosé Bustelo.

 

Pérdida de talento joven

 

Con este panorama, España se enfrente a una posible pérdida de toda una generación jóvenes investigadores en cáncer, científicos brillantes que tendrán que salir a otros países a hacer ciencia porque en el suyo hay un presente incierto. “Mientras que países como Irlanda, Suecia, Reino Unido o Dinamarca dedican al I+D+i alrededor del 3% de su PIB, España destina sólo un 1,2%, menos que Italia y Portugal y muy lejos de la media de la Unión Europea que se sitúa en el 2% del PIB. Y, lo que es más preocupante, los niveles de financiación actuales son similares a los que existían hace 15 años. O revertimos este estado de cosas o perderemos definitivamente el tren de la innovación e investigación puntera en cáncer”, explica Xosé Bustelo, presidente de ASEICA.

 

La disminución del número de nuevos contratos de investigadores como consecuencia de la reducción de la financiación a la I+D+i en el periodo de la crisis, las dificultades en la renovación de contratos a personal investigador, así como la reducción drástica de la tasa de reposición del empleo en el sector público, han impactado negativamente en la comunidad investigadora, principalmente en los jóvenes y en los investigadores en proceso de consolidación, dificultando el acceso, la estabilización y el progreso profesional dentro de la carrera investigadora. Así lo refleja el Informe de ASEICA realizado junto con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y la fundación bancaria ‘La Caixa’.

 

Otra de las complicaciones a las que se enfrenta el sistema científico español estriba en el progresivo envejecimiento de los investigadores principales en cáncer del país. En esta misma línea se ha pronunciado Luis Paz-Ares, vicepresidente de ASEICA. “Cada vez tenemos menos investigadores y de más edad, concentrándose el liderazgo en un número de grupos de investigación punteros cada vez más reducido. La pérdida de talento joven es una consecuencia objetiva de todo este proceso”.

 

“La inseguridad en la renovación de contratos o el endurecimiento de los requisitos administrativos para becas, proyectos y contratos pueden explicar esta situación. Estas circunstancias, junto a la pérdida agregada de talento, concentrada en los más jóvenes, han llevado a un bloqueo, al menos parcial, de la renovación del talento científico. También dificultan la atracción de talento internacional, debido a cuestiones de gran relevancia para la toma de decisiones de carrera, como son la burocracia, la inseguridad jurídica y presupuestaria y las menores expectativas de desarrollo de la trayectoria científica”, según Paz-Ares.

 

Radiografía del Joven Investigador en Cáncer

 

Durante el Simposio se ha presentado ASEICA Joven, un nuevo grupo de trabajo creado con el objetivo de orientar y visibilizar el trabajo de los investigadores en oncología más jóvenes del país: estudiantes de máster, de doctorado, investigadores postdoctorales y jefes de grupo jóvenes.

 

Desde este grupo se trabaja en contacto directo con investigadores en cáncer y oncólogos médicos jóvenes para conocer sus inquietudes, reflejadas por ejemplo en las conclusiones de la encuesta realizada por ASEICA y SEOM a investigadores menores de 40 años que trabajan tanto dentro como fuera de nuestras fronteras y conocer así sus expectativas de futuro.

 

Según se desprende de ella, la totalidad de los jóvenes profesionales que investigan en cáncer ha trabajado o trabajará fuera de España durante los primeros años del desempeño de su carrera. “Las becas y formación en el extranjero son positivas para la ciencia española siempre que ese talento vuelva a nuestro país, ya que si no es así este talento lo aprovechan otros países”, explica María Caffarel, investigadora de IIS Biodonostia y coordinadora de ASEICA Joven.

 

Este hecho lo confirma el análisis de las respuestas ofrecidas por encuestados que trabajan en el extranjero, ya que, en la actualidad, el 90% de los investigadores españoles trabajando fuera de nuestras fronteras piensa que no podrá volver a trabajar en España.

Asimismo, las respuestas de los investigadores que trabajan en nuestro país corroboran también esta situación ya que el 48% no cree que el futuro de su línea de investigación esté asegurado y piensa que, si quiere continuar investigando, tendrá que hacerlo seguramente en otro país.

Y es que, los miles de puestos de trabajo desaparecidos en los últimos años, la escasa y devaluada convocatoria de empleo público, el deterioro gradual de los sueldos, la pérdida de autonomía laboral o la degradación de las condiciones laborales, son en la actualidad, algunos de los principales rasgos de la carrera investigadora en nuestro país.

 

“Investigadores básicos, traslacionales y clínicos necesitamos recursos para el desarrollo de la carrera profesional y evitar la fuga de capital humano al extranjero. Reivindicamos más oportunidades y un aumento de los recursos para formación de investigadores, los cuales se han reducido un 30% desde el año 2009”, señala María Caffarel.